Las proposiciones del arte como formas expresivas y experiencias sensibles están vinculadas a la curiosidad, a la creatividad, al hacer, al liderazgo, a la organización, al trabajo. Las prácticas artísticas son experiencias de aprendizaje, representan vías para conocer desde el horizonte de lo inesperado; son procesos que cumplen un rol significativo dentro de las dinámicas contemporáneas de creación, transformación e innovación.
Los aprendizajes sensibles son puentes que nos permiten unir y vincular territorios: arte y empresa, arte y educación, arte y tradición, arte y sociedad, arte e innovación. Esta perspectiva implica hacer de la imaginación una estrategia para concebir las realidades que queremos construir y habitar como sociedad. En este sentido, implican la creación de alternativas democráticas. Aprender desde el cuerpo, desde la emoción, desde lo otro por venir, desde el futuro que comienza cuando lo imaginamos. ¿Qué podemos descubrir al mirar el arte como proceso de aprendizaje?