Retornar a lo que fue, sacar del foso la fe es uno de los versos del poema Lo que fue, lo que fui, del poeta y músico margariteño Juan Ortiz. La frase es contundente y nos habla de la posibilidad de rescatar, volver, retomar algo del pasado recuperando la fe y la esperanza. Este es el título de la muestra de Francisca Sosa López, artista multidisciplinar residenciada en Londres que regresa a Venezuela para reencontrarse con sus raíces y tener una experiencia de comunidad, creación y aprendizaje. Gracias a la Fundación ArtesanoGroup y su programa Hacedores de País, la artista tuvo la oportunidad de trabajar durante dos meses en El Cercado, zona alfarera ubicada en el estado Nueva Esparta que se dedica, desde tiempos ancestrales, a la elaboración de objetos tradicionales en barro. El resultado de esa experiencia se concreta en una propuesta que pone en valor los vínculos entre saberes artesanales locales -alfarería, cestería y tejido- y sus nexos y resonancias con la contemporaneidad. De esta manera, la muestra evidencia el intercambio entre la práctica de la artista y el quehacer de los artesanos generándose correspondencias, apropiaciones e interpretaciones. Hay, en la propuesta de Sosa López, una transversalidad de conexiones y miradas que redimensionan el objeto artesanal y sus materiales abriendo nuevas posibilidades de lecturas y significaciones. La muestra propone, entonces, la oportunidad de reflexionar sobre las valoraciones, límites e intercambios que ofrecen nociones como artesanía y contemporaneidad en tiempos de disolución de fronteras, de interdisciplinariedad, de lenguajes híbridos, mixtos y polisémicos. Pero también en tiempos en los que hay un retorno a lo manual, un resurgir y valoración de los oficios artesanales.
Sosa López respeta la manufactura original del objeto originario pero redimensiona, subvierte y resignifica su función básica para crear nuevas configuraciones o gestalten. Se amplía así el sentido de las piezas a partir de mecanismos y estrategias afines al lenguaje contemporáneo como lo son la repetición, reiteración y apropiación, la escala como elemento de medida, la cuadrícula como estructura compositiva y la instalación como género artístico. También se hace visible una sutil intervención de las piezas en el soporte de los objetos. Se trata de gestos que dejan huella pero también, acciones que rinden tributo a los oficios femeninos asociados a la cestería y al tejido: la artista borda, trenza y suma urdimbre sobre urdimbre, redundando en un oficio que le es afín y que, a la manera del dibujo, compone en el soporte. Estas operaciones son recurrentes en cada una de las instalaciones. Se trata de propuestas dúctiles, abiertas y adaptables que mutan en función del espacio en el cual se instalan y que adquieren configuraciones únicas y singulares.
Retornar a lo que fue, sacar del foso la fe es, en definitiva, una muestra que establece lecturas cruzadas tanto en lo formal como en lo narrativo, propiciando un intercambio enriquecedor que revitaliza y redimensiona la mirada de una interesante y compleja relación de profundas y contundentes resonancias: el vínculo entre la artesanía y la contemporaneidad.
PATRICIA VELASCO BARBIERI
Sosa López respeta la manufactura original del objeto originario pero redimensiona, subvierte y resignifica su función básica para crear nuevas configuraciones o gestalten. Se amplía así el sentido de las piezas a partir de mecanismos y estrategias afines al lenguaje contemporáneo como lo son la repetición, reiteración y apropiación, la escala como elemento de medida, la cuadrícula como estructura compositiva y la instalación como género artístico. También se hace visible una sutil intervención de las piezas en el soporte de los objetos. Se trata de gestos que dejan huella pero también, acciones que rinden tributo a los oficios femeninos asociados a la cestería y al tejido: la artista borda, trenza y suma urdimbre sobre urdimbre, redundando en un oficio que le es afín y que, a la manera del dibujo, compone en el soporte. Estas operaciones son recurrentes en cada una de las instalaciones. Se trata de propuestas dúctiles, abiertas y adaptables que mutan en función del espacio en el cual se instalan y que adquieren configuraciones únicas y singulares.
Retornar a lo que fue, sacar del foso la fe es, en definitiva, una muestra que establece lecturas cruzadas tanto en lo formal como en lo narrativo, propiciando un intercambio enriquecedor que revitaliza y redimensiona la mirada de una interesante y compleja relación de profundas y contundentes resonancias: el vínculo entre la artesanía y la contemporaneidad.
PATRICIA VELASCO BARBIERI
Árboles internos, 2023
9 columnas elaboradas a partir de 48 vasijas de barro cocidas a quema a cielo abierto, plantas. Medidas variables.
Alfareros:
Juan Alberto Rodríguez, El Cercado
Juan José Bermúdez, El Cercado
María Eugenia Rodríguez, El Cercado
Árboles internos es una instalación de naturaleza orgánica y escultórica que se configura en el espacio a partir de un conjunto de nueve tótems. Cada uno de estos pilares está conformado por la reiteración de un mismo objeto que, en su mecanismo de repetición vertical, da como resultado una nueva configuración de inspiración Brancusiana. Las columnas están construidas a partir de vasijas o macetas de barro rojo que son intervenidas por la artista a fin de dejar huella y presencia: incisiones, raspaduras, tachones, hendiduras, cortes y gestos en la piel o soporte del objeto. A la manera de un jardín vertical, los nueve tótems se elevan y alcanzan diversas alturas para coronarse con plantas naturales emulando los árboles de un bosque.
El pan de leche espera por ti, 2023
36 maras, 70 aros de cerámica, cadenas de cerámica y cuerdas de palma. 325 x 325 cm aproximadamente
Artesanas:
Maras: Angélica Marín Calderín, Guacuco
Cuerdas: Carmen Serrano, Valle de Pedro González Arcilla: Juan José Bermúdez, El Cercado
El pan de leche espera por ti es el título de esta obra en la que confluyen la cestería y el barro. La misma se configura a través de una cuadrícula que se construye a partir de 36 maras o especie de bandejas que elaboran las tejedoras de la región con diversos tipos de fibra (bejuco de lata blanca y negra, guaraguao, cuchape, estriadas de copey, cuchivanos y palos de madrina). La función primordial de las marras es contener y exhibir el pan, pero la artista trasmuta el rol originario del objeto para crear un tapiz, especie de cortinaje o estor colgante uniendo las cestas con asas o engarces de barro. La convivencia de diversos materiales y grosores genera una serie de transparencias y texturas que se multiplican, producto de la reiteración como mecanismo compositivo. El resultado es una composición con potentes ecos contemporáneos en el cual no se interviene la configuración del objeto, pero si se trasmuta su función originaria.