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Hortensia, la mulita

Un Oratorio Criollo en defensa del
Aguinaldo Tradicional Venezolano

Libreto de

Mariano Pineda

Música de

Bartolomé Díaz

OBERTURITA (Estribillo instrumental de Espléndida Noche de Ricardo Pérez, del Cuaderno de María Moreira / Segundo Cuaderno de Aguinaldos Venezolanos armonizados por V.E. Sojo)

ARIAS 1

I

Yo soy la mulita Hortensia

y aquí les vengo a contar

la historia que, aunque contada,

jamás la han oído tal cual.

II

Y aunque a ustedes les parezco

una mulita normal,

mis ojos vieron un parto,

un parto muy especial.

CORO 1

Un parto que fue anunciado

y que un ángel presidió,

el parto de un niño pobre,

el parto del Niño Dios.

III

Mi madre la burriquita

que vino de Pampatar

y mi padre un potro zaino,

rebelde como el que más.

IV

Mi gran amigo es Augusto,

un buey de dulce mirar,

y la pastora Teresa

siempre tras nosotros va.

CORO 2

Y para contar mi historia

me tengo que remontar

a la noche más preciosa

que he podido contemplar.

RECITATIVO

Un crepúsculo imponente

pone el cielo a flamear,

valle abajo, caminantes,

qué despacito que van.

Finalmente logro ver…

 

se trata de una pareja,

y aquella pobre mujer,

¡qué preñadita que está!

 

Augusto ya se ha acercado

hasta el final del corral

y él también los ve llegando

envueltos en Santa Paz.

ARIAS 2

I

Teresa les sale al paso

llevando chicha de arroz

y la cara de la Virgen

recobra todo el color.

II

La pastora les ofrece,

qué generosa que es,

una gruta que, muy cerca,

casi una capilla es.

III

En ella, Teresa dice,

siempre jugué en mi niñez,

jugaba con mis muñecas

pues su madre quería ser.

IV

La Virgen toma su mano,

la cual ha besado ya,

Teresa está como fresa

de la Colonia Tovar.

CORO

A lomo de mula y buey

remonta el cerro María,

con ella el Casto José

y el hijo que Dios envía.

Augusto, Teresa y yo,

todos juntos a porfía,

¿quién iba a decirme a mi

que al Niño Dios portaría?

V

Augusto lleva a José

sobre su imponente lomo,

el Casto va en oración,

su mirada en las alturas.

VI

Y nunca entendí porqué

tuve entonces la certeza

de que mis cascos, pardiez,

no tocaban la maleza.

VII

En la gruta estamos ya,

José haciendo una fogata,

la Virgen tendida en mantas,

Teresa presta a bajar.

VIII

Y me impresiona una estrella

posada sobre el portal,

radiante como la aurora,

¿será la estrella polar?

CORO

RECITATIVO

Augusto ronca pasito,

desde chiquito fue así,

la Virgen duerme profunda,

jadeando un poquitín.

 

José está haciendo un pesebre,

¡qué habilidoso que es!,

sus manos de carpintero

trabajan con frenesí.

 

Yo, no hay manera que duerma,

de tan contenta que estoy,

no sé explicar mi alborozo,

ni el hipo en mi corazón.

 

Por esa sola razón

fueron mis ojos testigos

de la llegada de un ángel

tan radiante como el sol.

 

Vestido de “blanco Ace”,

zumbaba cual colibrí,

no articulaba palabra,

pero yo le oigo decir:

ARIAS 3

I

Salud, señorita Hortensia,

mi nombre es Ángel Gabriel

y vengo desde lo alto,

me manda el mismo Yavé.

II

Hace meses también vine

y a María conocí,

le dije que sería madre y

hasta se rió de mi.

III

Me dijo que ella era virgen

y por siempre sería así,

yo le dije que un milagro

en ella habría de ocurrir.

IV

El milagro llega hoy

a su Santa conclusión

y usted, señorita Hortensia,

es testigo de excepción.

CORO

El ángel, el ángel,

el ángel tuvo razón:

milagro de los milagros,

hoy llega la redención.

V

Como él me ve confundida,

flotando llega hasta mi,

pone su mano en mi frente y

al punto le oigo decir:

VI

Hoy es un día grandioso

para todo hombre de bien,

el Hijo profetizado

hoy nace justico aquí.

VII

Mi cara, más que de asombro,

ahora es cara de estupor,

Gabriel me acaricia el lomo,

su caricia es tan gentil.

VIII

Sin embargo, su mirada,

nublada de llanto está

y yo soy mula, no tonta…

aquí no hay final feliz.

CORO

RECITATIVO

Por fin de duermo un poquito

y sueño con mi mamá,

allí parece un retablo

de los de la catedral.

 

De repente, ¡un alarido!,

válgame Dios, ¿qué será?

Pues lo que era de esperarse,

¡la Virgen pariendo está!

 

Aquí hay tremendo revuelo

y la Teresa ya apareció

con tobo de agua caliente,

con gasa y con algodón.

 

José puja con la Virgen,

Augusto sudando un mar,

el ángel zumba que zumba

¡y el Niño berreando está!

DECLAMADO

José toma la palabra,

en tono reverencial,

y a su Hijo ya nacido

se le dispone a cantar…

y le canta un aguinaldo

que a futuro cantará

toda una nación en pleno

cuando a Dios quiere rezar.

ARIAS 4 (Niño Lindo, del Cuaderno de SPLA / Primer Cuaderno de Aguinaldos Venezolanos armonizados por V.E. Sojo)

CORO

Niño lindo, ante Ti me rindo,

Niño lindo, eres Tú mi Dios,

Niño lindo, ante Ti me rindo,

Niño lindo, eres Tú mi Dios.

I

Esa tu hermosura, ese tu candor,

el alma me roba, me roba el amor.

II

Con tus ojos lindos, Jesús, mírame,

y sólo con eso me consolaré.

CORO

III

La vida, bien mío, y el ama también,

te ofrezco gustoso rendido a tus pies.

IV

De mi no te ausentes pues, sin Ti ¿qué haré?

Cuando Tú te vayas haz por llevarme.

CORO

RECITATIVO

La calma llega a la gruta

después de ese ventarrón,

el niño, luego del pecho,

lanzó un eructo de colección.

 

Los párpados de toditos

se van cerrando, sin excepción,

Teresa ha vuelto a casita,

toda sonrisas en su expresión.

 

Augusto ronca, yo lo sacudo,

para que cambie de posición.

Gabriel, el ángel, está embozado

con sus alitas como un mantón.

 

Y así llega la alborada,

más fragante que un clavel,

el oriente refulgente

tornó la gruta en vergel.

ARIAS 5

CORO

Pastores con sus rebaños

al portal vienen llegando,

la estrella los ha guiado

como un faro titilando.

 

Tres sabios vienen detrás,

cada uno sobre un camello,

Gaspar, Baltazar, Melchor,

que musiues tan re-bellos.

I

Teresa recibe a todos

con una gran emoción,

María ya la ha nombrado

madrina de su Varón.

II

A Augusto le han puesto un peto

que le luce más que bien

y a mi un lazo en una oreja

pa’ que me luzca también.

III

José le construye al Niño

una sonaja ingeniosa,

el Niño dice “maraca”

y así se quedó la cosa.

IV

María muestra a su Hijo

con absoluta emoción

y al mover el pañalito

se sabe que es un Varón.

CORO

V

Gabriel nos abraza a todos

pues ya tiene que volver,

Yavé desde lo más alto

de esto tiene que saber.

VI

Los Magos, frente al pesebre,

alaban a mi Jesús

y se miran seriamente

pues ya saben de su cruz.

VII

Sortearon tribulaciones

para llegar hasta aquí,

Herodes en desespero

masacró con frenesí.

VIII

Son señores muy, muy serios,

con batolas de algodón,

pero yo los vi tomando

de una botella de ron.

CORO

DECLAMADO

Tiene esta historia,

en la mula Hortensia,

una heroína muy singular,

pero tenemos,

entre nosotros,

un héroe anónimo

que es el que ahora les va a cantar…

RECITATIVO

Lo sepas o no lo sepas,

yo también puedo dar fe

de esta historia tan hermosa

que Doña Hortensia narró:

me llaman El Aguinaldo,

me tildan de arte menor,

yo resguardo en mi persona

la fe de una gran nación.

Y como ahora soy profeta,

les puedo profetizar

que dentro de muchos años

un ruiseñor cantará,

y cantará un Retablillo

que cuenta la Navidad,

el Ruiseñor de Catuche

Nazoa se llamará.

ARIAS 6

CORO

Con versos a Lo Divino

o con versos de parranda,

lo cierto es que el aguinaldo

todo mi fervor exalta.

El alma de Venezuela

cada Navidad renace

y la insufla el aguinaldo

con su cadencia de palma.

I

De músicas navideñas

repleto este globo está,

pero como el aguinaldo

usted no lo ha de encontrar.

II

Soy el patrimonio vivo

del sentir de una nación,

soy el puente que conecta

al hombre con el Creador.

III

Izaza, Pérez y Sojo

nuestros paradigmas son,

patriarcas del aguinaldo,

paladines del fervor.

IV

Algunos entre cohetones,

entre incienso los demás,

el caso es que el aguinaldo

en todos lados está.

CORO

V

La hermosa danza zuliana

en gaita se degradó

y, sin embargo, el merengue,

al aguinaldo parió.

VI

Y aunque mi madre haya sido

una danza de salón,

yo soy la pureza viva

del alma del Redentor.

VII

Yo no me peleo con naide,

ni me asusta el reggaetón,

pues yo soy El Aguinaldo,

soy El Ungido de Dios.

VIII

Lo seguiremos cantando

en los siglos por venir

y, claro, la rica hallaca,

la familia ha de servir.

CORO

FIN

Mariano Pineda
Caracas, septiembre de 2018