I
Yo soy la mulita Hortensia
y aquí les vengo a contar
la historia que, aunque contada,
jamás la han oído tal cual.
II
Y aunque a ustedes les parezco
una mulita normal,
mis ojos vieron un parto,
un parto muy especial.
CORO 1
Un parto que fue anunciado
y que un ángel presidió,
el parto de un niño pobre,
el parto del Niño Dios.
III
Mi madre la burriquita
que vino de Pampatar
y mi padre un potro zaino,
rebelde como el que más.
IV
Mi gran amigo es Augusto,
un buey de dulce mirar,
y la pastora Teresa
siempre tras nosotros va.
CORO 2
Y para contar mi historia
me tengo que remontar
a la noche más preciosa
que he podido contemplar.
RECITATIVO
Un crepúsculo imponente
pone el cielo a flamear,
valle abajo, caminantes,
qué despacito que van.
Finalmente logro ver…
se trata de una pareja,
y aquella pobre mujer,
¡qué preñadita que está!
Augusto ya se ha acercado
hasta el final del corral
y él también los ve llegando
envueltos en Santa Paz.
I
Teresa les sale al paso
llevando chicha de arroz
y la cara de la Virgen
recobra todo el color.
II
La pastora les ofrece,
qué generosa que es,
una gruta que, muy cerca,
casi una capilla es.
III
En ella, Teresa dice,
siempre jugué en mi niñez,
jugaba con mis muñecas
pues su madre quería ser.
IV
La Virgen toma su mano,
la cual ha besado ya,
Teresa está como fresa
de la Colonia Tovar.
CORO
A lomo de mula y buey
remonta el cerro María,
con ella el Casto José
y el hijo que Dios envía.
Augusto, Teresa y yo,
todos juntos a porfía,
¿quién iba a decirme a mi
que al Niño Dios portaría?
V
Augusto lleva a José
sobre su imponente lomo,
el Casto va en oración,
su mirada en las alturas.
VI
Y nunca entendí porqué
tuve entonces la certeza
de que mis cascos, pardiez,
no tocaban la maleza.
VII
En la gruta estamos ya,
José haciendo una fogata,
la Virgen tendida en mantas,
Teresa presta a bajar.
VIII
Y me impresiona una estrella
posada sobre el portal,
radiante como la aurora,
¿será la estrella polar?
CORO
RECITATIVO
Augusto ronca pasito,
desde chiquito fue así,
la Virgen duerme profunda,
jadeando un poquitín.
José está haciendo un pesebre,
¡qué habilidoso que es!,
sus manos de carpintero
trabajan con frenesí.
Yo, no hay manera que duerma,
de tan contenta que estoy,
no sé explicar mi alborozo,
ni el hipo en mi corazón.
Por esa sola razón
fueron mis ojos testigos
de la llegada de un ángel
tan radiante como el sol.
Vestido de “blanco Ace”,
zumbaba cual colibrí,
no articulaba palabra,
pero yo le oigo decir:
I
Salud, señorita Hortensia,
mi nombre es Ángel Gabriel
y vengo desde lo alto,
me manda el mismo Yavé.
II
Hace meses también vine
y a María conocí,
le dije que sería madre y
hasta se rió de mi.
III
Me dijo que ella era virgen
y por siempre sería así,
yo le dije que un milagro
en ella habría de ocurrir.
IV
El milagro llega hoy
a su Santa conclusión
y usted, señorita Hortensia,
es testigo de excepción.
CORO
El ángel, el ángel,
el ángel tuvo razón:
milagro de los milagros,
hoy llega la redención.
V
Como él me ve confundida,
flotando llega hasta mi,
pone su mano en mi frente y
al punto le oigo decir:
VI
Hoy es un día grandioso
para todo hombre de bien,
el Hijo profetizado
hoy nace justico aquí.
VII
Mi cara, más que de asombro,
ahora es cara de estupor,
Gabriel me acaricia el lomo,
su caricia es tan gentil.
VIII
Sin embargo, su mirada,
nublada de llanto está
y yo soy mula, no tonta…
aquí no hay final feliz.
CORO
RECITATIVO
Por fin de duermo un poquito
y sueño con mi mamá,
allí parece un retablo
de los de la catedral.
De repente, ¡un alarido!,
válgame Dios, ¿qué será?
Pues lo que era de esperarse,
¡la Virgen pariendo está!
Aquí hay tremendo revuelo
y la Teresa ya apareció
con tobo de agua caliente,
con gasa y con algodón.
José puja con la Virgen,
Augusto sudando un mar,
el ángel zumba que zumba
¡y el Niño berreando está!
DECLAMADO
José toma la palabra,
en tono reverencial,
y a su Hijo ya nacido
se le dispone a cantar…
y le canta un aguinaldo
que a futuro cantará
toda una nación en pleno
cuando a Dios quiere rezar.
CORO
Niño lindo, ante Ti me rindo,
Niño lindo, eres Tú mi Dios,
Niño lindo, ante Ti me rindo,
Niño lindo, eres Tú mi Dios.
I
Esa tu hermosura, ese tu candor,
el alma me roba, me roba el amor.
II
Con tus ojos lindos, Jesús, mírame,
y sólo con eso me consolaré.
CORO
III
La vida, bien mío, y el ama también,
te ofrezco gustoso rendido a tus pies.
IV
De mi no te ausentes pues, sin Ti ¿qué haré?
Cuando Tú te vayas haz por llevarme.
CORO
RECITATIVO
La calma llega a la gruta
después de ese ventarrón,
el niño, luego del pecho,
lanzó un eructo de colección.
Los párpados de toditos
se van cerrando, sin excepción,
Teresa ha vuelto a casita,
toda sonrisas en su expresión.
Augusto ronca, yo lo sacudo,
para que cambie de posición.
Gabriel, el ángel, está embozado
con sus alitas como un mantón.
Y así llega la alborada,
más fragante que un clavel,
el oriente refulgente
tornó la gruta en vergel.
CORO
Pastores con sus rebaños
al portal vienen llegando,
la estrella los ha guiado
como un faro titilando.
Tres sabios vienen detrás,
cada uno sobre un camello,
Gaspar, Baltazar, Melchor,
que musiues tan re-bellos.
I
Teresa recibe a todos
con una gran emoción,
María ya la ha nombrado
madrina de su Varón.
II
A Augusto le han puesto un peto
que le luce más que bien
y a mi un lazo en una oreja
pa’ que me luzca también.
III
José le construye al Niño
una sonaja ingeniosa,
el Niño dice “maraca”
y así se quedó la cosa.
IV
María muestra a su Hijo
con absoluta emoción
y al mover el pañalito
se sabe que es un Varón.
CORO
V
Gabriel nos abraza a todos
pues ya tiene que volver,
Yavé desde lo más alto
de esto tiene que saber.
VI
Los Magos, frente al pesebre,
alaban a mi Jesús
y se miran seriamente
pues ya saben de su cruz.
VII
Sortearon tribulaciones
para llegar hasta aquí,
Herodes en desespero
masacró con frenesí.
VIII
Son señores muy, muy serios,
con batolas de algodón,
pero yo los vi tomando
de una botella de ron.
CORO
DECLAMADO
Tiene esta historia,
en la mula Hortensia,
una heroína muy singular,
pero tenemos,
entre nosotros,
un héroe anónimo
que es el que ahora les va a cantar…
RECITATIVO
Lo sepas o no lo sepas,
yo también puedo dar fe
de esta historia tan hermosa
que Doña Hortensia narró:
me llaman El Aguinaldo,
me tildan de arte menor,
yo resguardo en mi persona
la fe de una gran nación.
Y como ahora soy profeta,
les puedo profetizar
que dentro de muchos años
un ruiseñor cantará,
y cantará un Retablillo
que cuenta la Navidad,
el Ruiseñor de Catuche
Nazoa se llamará.
CORO
Con versos a Lo Divino
o con versos de parranda,
lo cierto es que el aguinaldo
todo mi fervor exalta.
El alma de Venezuela
cada Navidad renace
y la insufla el aguinaldo
con su cadencia de palma.
I
De músicas navideñas
repleto este globo está,
pero como el aguinaldo
usted no lo ha de encontrar.
II
Soy el patrimonio vivo
del sentir de una nación,
soy el puente que conecta
al hombre con el Creador.
III
Izaza, Pérez y Sojo
nuestros paradigmas son,
patriarcas del aguinaldo,
paladines del fervor.
IV
Algunos entre cohetones,
entre incienso los demás,
el caso es que el aguinaldo
en todos lados está.
CORO
V
La hermosa danza zuliana
en gaita se degradó
y, sin embargo, el merengue,
al aguinaldo parió.
VI
Y aunque mi madre haya sido
una danza de salón,
yo soy la pureza viva
del alma del Redentor.
VII
Yo no me peleo con naide,
ni me asusta el reggaetón,
pues yo soy El Aguinaldo,
soy El Ungido de Dios.
VIII
Lo seguiremos cantando
en los siglos por venir
y, claro, la rica hallaca,
la familia ha de servir.
CORO
FIN
Mariano Pineda
Caracas, septiembre de 2018





