Hacienda La Trinidad Parque Cultural

Carmen Araujo Arte, en alianza con Hacienda La Trinidad Parque Cultural, se complace en presentar The Great Utopia, individual de Luis Salazar, en los espacios de La Casa de Hacienda.

La presente muestra, en la que Salazar se aleja de la saturación instalativa del espacio expositivo, surge de una revisión del constructivismo y del abstraccionismo geométrico, dos tendencias artísticas que considera esenciales en la conformación de los estilos que predominaron durante el siglo XX y que parecen haberse tornado, en el ámbito latinoamericano, en una suerte de constante. Las pinturas de The Great Utopia retoman elementos plástico-formales propios de las modernidad en los que Salazar encuentra afinidades con las estéticas contemporáneas.

Cargada de ironía, la obra de Salazar reflexiona sobre la situación actual del arte contemporáneo, trabajando desde los contrastes, dualidades y contradicciones del medio. Las analogías mercado/supermercado, gusto/pensamiento colectivo, estética/antiestética son la base de su cuerpo de obras, todas signadas por un aire de “desfachatez”, pero también por una cierta reivindicación de los materiales “innobles” como repuestos mecánicos, retazos de revistas y materiales de fabricación industrial.

Salazar se visualiza a sí mismo como un situacionista, asumiendo una labor de recolección y revisión: realiza lo que él denomina como una “arqueología contemporánea”, reciclando materiales y objetos que encuentra afines a la estética del arte actual, empleándolos como soporte o base para sus obras. Este ejercicio arqueológico va más allá de un lenguaje formal, reciclando una serie de referentes culturales del mundo del arte y del star system: las piezas de The Great Utopia se centran en el mercado del arte y en el establishment, todo mediante un juego de humor bastante afilado.

La obra de Luis Salazar es una sátira sobre la sociedad contemporánea, y al mismo tiempo es una revisión crítica sobre aspectos formales que tienen que ver con la Historia del Arte y sus instituciones. La selección de materiales se convierte, entonces, en un juego de ironización: los nombres de grandes galerías y de sus directores aparecen escritos en gruesos trazos sobre piezas de latón, pisos de carpas o titulando grandes ensamblajes de hierro.

Ricardo Sarco Lira