Este espacio es una invitación a explorar la naturaleza presente en los jardines de Hacienda La Trinidad y a desarrollar tus dotes de naturalista, por tu propia cuenta o en familia.
Aquí en nuestra página web encontrarás información para complementar tu visita y entender cómo se interrelacionan las diferentes especies vivas. Si quieres hacer la visita participativa, descarga e imprime en casa el cuaderno de exploración para que te acompañe en tu visita naturalista por los jardines de Hacienda Cultural Parque La Trinidad: allí podrás registrar tus observaciones, hacer anotaciones y dibujar tus hallazgos.
Instrucciones para descargar el cuaderno de exploración:
Para hacerte tu propio cuadernillo, descarga el archivo e imprímelo en 4 hojas tamaño carta, por delante y por detrás. Fíjate en los números de las páginas; toma en cuenta que la portada y la contraportada no están numeradas. Una vez tengas tus páginas impresas y compaginadas, dobla por la mitad, a lo largo de la línea punteada, de modo que las páginas 7-8 queden en el centro. (Alternativa: Puedes imprimir 8 hojas por una sola cara, y obtener un cuadernillo con páginas en blanco para dibujar.) Si quieres, puedes proteger tu cuadernillo haciéndole una cubierta con un papel más fuerte o plástico. Engrapa o cose por el doblez, para que las páginas no se pierdan. Ya tienes tu cuadernillo de exploración de la naturaleza. No olvides llevarte un lápiz, y si deseas realizar observaciones minuciosas y mediciones, una lupa y una cinta métrica.
Puedes ampliar la información sobre varias de las plantas más características que encontrarás en nuestros jardines, leyendo en la sección de “Naturaleza” en nuestra página web, o revisando nuestra cuenta de Instagram.
Exploraremos juntos cuatro zonas de La Hacienda La Trinidad. Te proponemos cuatro recorridos, aunque puedes empezar por cualquiera de ellos y seguir en el orden que prefieras. Es importante destacar que no deben cortarse flores ni hojas, ni llevarse plantas.
Los lugares naturales también tienen una historia que se relaciona con las personas que han vivido allí. Los espacios de esta hacienda alguna vez fueron selva tupida. Su uso por parte de habitantes humanos cambió el paisaje, introduciendo árboles frutales y plantas ornamentales.
Desde el año 1568 estos terrenos se han dedicado a diversos emprendimientos agrarios a lo largo de cuatro siglos: aquí se cultivaron, sucesivamente, trigo, café, caña de azúcar y por último, tabaco. La Casa de Hacienda fue construida en el siglo XVIII y durante muchos años fue usada como vivienda. Hacia 1950 cesó la actividad agrícola, a medida que la ciudad se iba urbanizando, pero se preservaron estos espacios para la memoria histórica y el disfrute cultural, convirtiéndose en centro cultural y patrimonial en el año 2011.
Condiciones ambientales
La naturaleza tropical es muy diferente de la naturaleza que se encuentra en las zonas templadas. Cada ecosistema se compone de elementos vegetales, animales capaces de prosperar en determinados climas y latitudes, interrelacionados entre sí en un equilibrio dinámico que incluye los minerales del suelo y el agua.
Nuestras coordenadas geográficas indican el punto exacto en el cual nos encontramos. La latitud es la distancia en grados, minutos y segundos que hay con respecto al paralelo principal, que es el ecuador (0º). La longitud es la distancia en grados, minutos y segundos que hay con respecto al meridiano principal, que es el meridiano de Greenwich (0º).
En el siglo XIX podían obtenerse los datos de la localización geográfica precisa y condiciones atmosféricas gracias a instrumentos como el sextante, el termómetro, el barómetro y el higrómetro; hoy en día puedes acceder fácilmente a esa información consultando internet. Sin embargo, averigua cómo funciona cada uno de esos instrumentos. Dato curioso: ¿Sabías que para medir la humedad del aire se usa un cabello humano?
La forma de las hojas
Desde la época medieval se han usado herbarios con dibujos muy detallados de las especies, mostrando sus tallos, raíces, hojas, flores, frutos y semillas, de manera que los botánicos pudieran identificar cada planta. Por eso, tener dotes para dibujar es una excelente cualidad para un naturalista; o pueden hacer equipo con un ilustrador: así viajaron Alejandro Humboldt y Aimé Bonpland a principios del siglo XIX. Algunas de las especies vegetales que encontrarás en estos jardines son endémicas, es decir que se encontraban originalmente en la zona. Otras fueron regaladas o traídas de países distantes.
Por supuesto, poniendo en práctica tu observación atenta de naturalista, podrás descubrir muchas más cosas de las que están aquí reseñadas.
Las aves
Entre las aves más frecuentes en nuestros jardines están: el colibrí Chalybura buffoni (por ejemplo, puedes verlo alimentándose del néctar de la enredadera Zapatico de la reina, una planta oriunda de la India); golondrinas; reinitas; gavilán, zamuro, mochuelo. Puedes buscar en una Guía de aves de Venezuela estas especies, para prepararte a identificarlas cuando las veas.
La forma del pico puede darte pistas acerca de la alimentación: un pico muy alargado (como el del colibrí) puede servir para chupar néctar; uno muy grueso (como el de la guacamaya) puede servir para romper semillas; uno pequeño y puntiagudo (como el de la reinita) puede servir para robar el néctar sin entrar en la corola de la flor; uno curvo (como el del gavilán) puede ser el más indicado para desgarrar la carne; uno muy agudo (como el de la garza) puede servir para pescar…
¡Infórmate sobre nuestro programa de avistamiento de aves!
Asociaciones entre animales y plantas
[Recorrido 1: jardines frontales delante de los Secaderos, entrando por el primer estacionamiento.]
Los siete Secaderos se llaman así, porque en ellos se deshidrataban o curaban las hojas del tabaco.
Durante los meses del verano, entre enero y abril, florece el árbol nacional de Venezuela: es el Araguaney (Tabebuia chrysantha), que aparece como una marea de amarillo intenso imposible de ignorar prácticamente por toda la geografía nacional, justo cuando más arrecia la sequía, de manera que sus semillas suelen estar maduras al comenzar las lluvias. Su madera tiene corazón durísimo, por lo que se emplea en Venezuela, entre otras cosas, para hacer garrotes y bastones, así como también las estacas llamadas laures con que se golpea en Barlovento el tronco del tambor mina.
Los Apamates (encontrarás uno en el recorrido que pasa delante de la Casa Vieja) tienen una flor casi igual a la de los Araguaneyes, aunque de un color diferente.
Las altas palmeras reales o Chaguaramas (Roystonea oleracea) pueden llegar hasta 40 metros de altura. Cuando mueren, sus tallos se mantienen en pie y muchas veces son colonizados por aves como guacamayas o búhos que anidan allí.
Como dato curioso, según Jesús Hoyos la denominación de Palma Real se debe a que en tiempos coloniales era considerada como símbolo de realeza. Solamente los llamados “nobles” tenían el privilegio de sembrarla y únicamente podían disponer de dos palmas reales en el patio-jardín o en la entrada de la casa.
Tenemos aquí seis árboles de Cacao (Theobroma cacao): cuatro delante del Secadero 5 y dos más en una esquina (a ver si los descubres). Observando con atención podrás notar que hay diferencias en las hojas de cada árbol. Fíjate en la flor, muy pequeña y discreta, que nace directamente del tronco, y que da paso al fruto cuyas semillas que tostadas y procesadas servirán de materia prima para elaborar el delicioso chocolate. ¿Sabes que los frutos de cacao eran tan valiosos durante la época de la Colonia, que podían usarse como moneda?
Fíjate en la planta de algodoncillo (Asclepia curassavica). Si es la época correcta y tienes suerte, podrás ver una mariposa monarca (Danaus plexippus) revolotear alrededor de esta planta, para depositar sus huevos. ¡Sin asclepia, no hay monarcas! Ella escoge esta planta porque al ser ligeramente venenosa, protegerá a sus orugas, que pueden reconocerse por su coloración blanca, amarilla y negra, y por tener un par de antenas en cada uno de sus extremos. La crisálida de la monarca tiene un delicado color verde jade, con puntos dorados: dentro de ella ocurre la metamorfosis. Si tienes la suerte de ver alguna, no la toques: dentro de ella se prepara el insecto adulto para volar.
Asociaciones entre plantas
El Samán (Pithecellobium saman) es un árbol nativo suramericano. Su amplia copa produce una extensa sombra que sirve de refugio contra el calor y permite reunirse a conversar y contar historias. Los samanes son árboles muy longevos.
Guiándote por su nombre, que te da pistas sobre la forma de sus hojas, podrás reconocer al helecho Cacho de venado. Los helechos se reproducen de forma muy particular. Si te fijas en el envés (la parte de abajo) de sus hojas, podrás notar zonas marrones: son sus esporas.
Desde aquí puedes ver la majestuosa Ceiba (Ceiba Pentandra) que crece justo fuera de la delimitación de nuestros jardines. Fíjate en la textura de su tronco, tan peculiar, completamente diferente del tronco del samán. Este árbol portentoso y muy longevo tiene una estrategia muy particular para dispersar su semilla: la envuelve en una liviana esfera de seda, por lo que puede alcanzar, gracias al viento, grandes distancias. ¿Sabes que la fibra sedosa que rodea las semillas es usada como aislante térmico y acústico en cámaras frigoríficas y aviones? También sirve para rellenar colchones, almohadas, sacos de dormir, y salvavidas: tiene un poder de flotación 5 veces mayor que el corcho y es repelente al agua.
Y ahora te invitamos a descubrir la Rosa de montaña (Brownea grandiceps), un arbusto que no tiene nada que ver con la rosa, pero cuya flor es realmente excepcional.
Otros árboles majestuosos
[Recorrido 2: desde el arco que marcaba originalmente la entrada a la hacienda, subiendo por el estacionamiento hacia el spa y la Casa Vieja.]
La Amapola o Frangipani (Plumeria rubra), originaria de los alrededores del Caribe y muy apreciada en Hawaii, pierde las hojas justo antes de florear (por la época de diciembre-enero); sus flores intensamente aromáticas tienen perfumes diferentes según el color de la flor.
El Apamate (Tabebuia rosea) florea de marzo a junio, produciendo flores muy parecidas al Araguaney, pero rosadas. Al igual que su primo amarillo, en época de floración pierde todas sus hojas. Son especies distintas, pero de la misma familia y el mismo género.
La Acacia flamboyán (Delonix regia) proviene de Madagascar y sus vistosas flores de color anaranjado fuerte decoran las calles de Caracas de mayo a septiembre. Si llegas en época de floración, observa los detalles de las flores, distinguiendo los estambres cargados de polen.
El Níspero del Japón (Eriobotrya japonica) produce pequeños racimos de frutos amarillos, dulces y cítricos, con una gran semilla lisa de color dorado.
El Árbol de pan (Artocarpus altilis), también conocido como árbol de pan, fruta pan o pan-de-pobre, nativo de la región Indo-Pacífica, tiene semillas que tostadas producen una pulpa comestible, semejante al puré de papa.
El Castaño (Pachira insignis), que se llama así por su parecido con un árbol de las zonas templadas que lleva el mismo nombre, aunque se trata de géneros completamente diferentes. El castaño europeo (Castanea sativa) produce un fruto muy apetecible que suele comerse en la época navideña. Nuestro castaños autóctono produce flores características que lo hacen muy ornamental.
Entre estos árboles podrás encontrar dos tipos de arbustos: unos parecen cubiertos de pequeños pétalos blancos (al acercarte, podrás comprobar que se trata de hojas modificadas) en la época decembrina, por lo cual son conocidos como “Navidad”. Otro grupo de arbustos produce una flor blanca en racimos, sumamente perfumada por las noches, por lo cual recibe el nombre de Jazmín de azahar (Murraya paniculata).
Entre los dos viales del estacionamiento podrás notar varios árboles uno al lado del otro. Provienen de estacas que se sembraban para hacer cercas vivas (por ejemplo, para delimitar terrenos), por ser de rápido crecimiento. El nombre del Pilón o Chiray (Andira inermis) te puede sugerir un uso al que se dedicaba en los tiempos en los que el maíz se pilaba; hoy día este árbol se usa mucho en la ciudad, porque sus raíces no levantan las aceras.
Distintas maneras de sobrevivir
Justo al lado de la Casa Vieja, que era la casa principal de la hacienda, está la Casa Auxiliar (ahora sede del spa), donde se procesaba y almacenaba el café.
Además de varios arbustos de jazmín de azahar, puedes encontrar un arbolito de Magnolia (Magnolia grandiflora); sus flores blancas son espectaculares. Por lo general, las flores blancas son polinizadas por animales nocturnos, por lo cual no tienen colores; sin embargo, con mucha frecuencia tienen perfumes intensos, que sirven para atraer a sus polinizadores. Es por ello que su aroma suele ser más intenso por la noche. La magnolia, sin embargo, proviene de una antigua familia que evolucionó antes de que aparecieran las abejas, y sus flores son polinizadas por escarabajos. Todas las magnolias que existen en Venezuela han sido importadas.
El Almendrón (Terminalia catappa) es un árbol nativo de Asia tropical, cuya corteza y frutos contienen taninos, por lo que se usaban tradicionalmente en la India para teñir de negro algunas telas. Fíjate en el color de las hojas (según la época del año, pueden ser de un verde intenso, o virar a cálidos tonos amarillos y rojos; mira si puedes distinguir las flores femeninas de las flores masculinas. Puedes investigar sus propiedades medicinales.
Algunas especies de plantas han desarrollado estrategias particulares para resistir a la sequía y conservar la mayor cantidad posible de humedad: por ejemplo, sus hojas son carnosas y tienen cubiertas muy fuertes que impiden la evaporación. A este tipo de plantas pertenecen las tunas, sabililla, lenguas de suegra y sábila.
Del otro lado de la escalera de piedra podrás ver un tipo diferente de enredadera, con flores azules: es la Tumbergia azul (Thumbergia grandiflora), que florea prácticamente todo el año. La enredadera es una forma de vida que aprovecha árboles y otras estructuras elevadas para acercarse donde haya más luz solar para vivir, con un gasto energético menor.
Casa de artista y detalles sorprendentes
[Recorrido 3: jardín trasero a la Casa de Hacienda, desde la escultura de Cornelis Zitman “Niño con perro”, por detrás de las oficinas hasta la palma del viajero.]
Dejando atrás el almendrón a tu izquierda, verás a tu derecha la escultura de Cornelis Zitman del “Niño con perro”, que guarda la entrada de la Casa del Trapiche, construida después de 1965 alrededor de los vestigios del ingenio donde se extraía el jugo de la caña de azúcar para producir papelón. Todavía puedes ver la alta chimenea del trapiche.
Aquí vivió y trabajó el artista holandés hasta el fin de sus días. Saluda al niño y al perro desde lejos y sigue hacia el estacionamiento. Justo al entrar puedes reconocer un arbolito de Guayaba (Psidium guajava), por su olor de su fruta, si es época de carga, o por las hojas características y el tronco liso, de madera muy dura, que se usaba para hacer bastones. La corteza del guayabo contiene taninos, que se usan para teñir cuero.
Del otro lado hay una Trinitaria (Bougainvillea spectabilis) en un porrón. Esta planta trepadora (no es una enredadera, ya que no posee zarcillos) presenta unas flores pequeñitas, en grupos de tres, protegidas por hojas modificadas de color muy vistoso, que es lo que suele tomarse por la flor. Si abres con cuidado las tres hojas coloridas podrás distinguir las tres pequeñas flores, de color blanco o crema.
Algunas plantas con secretos
Sobre el muro de piedras podrán notar dos especies diferentes de hiedra o Hedera; se distinguen sobre todo por su tamaño, aunque fijándote bien podrás apreciar otras diferencias en las hojas. Las hiedras trepadoras producen pequeñas flores cuyo néctar liban las abejas; sus frutos, aunque venenosos para los humanos, sirven de alimento para algunas aves; sobre sus hojas pueden crecer las orugas de algunas mariposas.
El Ocumo morado (Xanthosoma violaceum) pertenece un grupo amplio y variado, cuyas hojas son muy apreciadas por su cualidad ornamental. Por favor no arranques ninguna planta. Admira su belleza y dibújala en una de las páginas libres.
En la esquina podrás ver un tocón de tronco de eucalipto, con numerosas bromelias y orquídeas. Fíjate especialmente en la orquídea trepadora Vanilla planifolia cuya vaina (es decir, la cápsula que contiene las semillas) sirve para extraer la vainilla usada en cocina y perfumería.
En esa misma esquina quizás logres divisar lo lejos un Yagrumo (Cecropia peltata), un árbol representativo de la zona intertropical americana. Sus hojas son el alimento preferido de la pereza (Choloepus hoffmanni), un animal muy tímido, de movimientos pausados, con grandes y afiladas garras.
Ahora te invitamos a conocer una de las especies más antiguas de la hacienda: el árbol de Parapara (Sapindus saponaria), conocido como “jaboncillo” o “árbol del jabón” porque al estrujar la pulpa de sus frutos, o al ponerla en agua, se obtiene espuma que antes se usaba para lavar la ropa. La semilla, negra y muy redonda, se usaba como metras para jugar y en la artesanía como cuentas de collar.
En la esquina puedes apreciar las Palmas del viajero (Ravenala madagascariensis), una especie nativa de Madagascar como su nombre lo indica, que es muy cercana a las aves del paraíso y que puede reconocerse por la característica forma en “cola de pescado” y por sus espectaculares inflorescencias. Su nombre proviene del hecho que la planta almacena agua en varias de sus partes, lo que podía aliviar a un viajero sediento.
Bucare y conotos
[Recorrido 4: jardín grande detrás de los Secaderos, comenzando por el bucare de los conotos.]
El conoto negro (Psarocolius decumanus), también conocido como oropéndola crestada, es un ave de pico agudo amarillo y ojos azules, que anida en árboles altos y solitarios, formando colonias para protegerse de posibles depredadores. Tejen con ramitas y briznas vegetales sus largos nidos colgantes. Su canto es muy peculiar y son capaces de imitar ruidos.
Aunque hay varios tipos de bucare de flores rojo-anaranjadas, la especie conocida como Bucare ceiba (Erythrina poeppigiana) es la más alta. El bellísimo color de sus flores hace que se le conozca en inglés como “árbol coral”. El bucare era muy usado en los cafetales y cacaotales para dar sombra a estos árboles, no sólo por proporcionar protección solar permanente, sino también por sus raíces profundas y por su capacidad de mejorar la fertilidad natural del suelo, al fijar el nitrógeno atmosférico.
Flores e inflorescencias
Hemos mencionado varias veces las inflorescencias: se trata de una estrategia de la planta de colocar múltiples flores juntas, agrupadas en sus estructuras florales según diferentes disposiciones.
La flor es un conjunto de estructuras especializadas en la reproducción sexual, en las que pueden distinguirse cuatro partes: el cáliz, corola, el androceo y el gineceo; muchas veces parte de su función (especialmente de la corola) es atraer a los polinizadores adecuados.
La inflorescencia consiste en una agrupación de flores en una estructura de forma y disposición uy variable (por ejemplo en racimo, en espiga, en forma de paraguas y muchas más). La puedes ver en diversos tipos de palmeras y hasta en la margarita, cuyo centro amarillo está formado por muchas flores minúsculas.
En Venezuela está muy extendido el uso del fruto del árbol Taparo o Totumo (Crecentia cujete) como recipiente o vasija, que recibe asimismo el nombre de tapara o totuma. Los llaneros la usan todavía para beber agua o café, y también como recipiente para el suero. Usualmente el fruto se corta, vacía, limpia y trabaja cuando todavía está verde. Su uso se reporta en las Américas desde el tiempo de los conquistadores. Es también el fruto utilizado para fabricar las maracas, vacías y rellenas de semillas de otras plantas, principalmente de Capacho (Canna indica); utilizadas en la música y así mismo usado en rituales y ceremonias por los piaches indígenas, algunas veces grabados con decoraciones.
Su uso está tan extendido y anclado a la cultura, que lo encontramos en el refrán: «perro que come manteca, mete la lengua en tapara»; y también en la copla popular según la cual «el que bebe agua en tapara, / o se casa en tierra ajena, / no sabe si el agua es clara / ni si la mujer es buena».
Cómo se nombran las especies vivientes
Carlos Linneo, un naturalista sueco notable que vivió en el siglo diez y ocho, entre 1707 y 1778, ideó un sistema muy ingenioso para ordenar las distintas especies vivas, en una clasificación tan acertada, que sigue utilizándose hoy en día. Esta clasificación se conoce, tanto en botánica (estudio de las plantas) como en zoología (estudio de los animales) como taxonomía.
Este científico, que recolectó especies botánicas, animales y minerales en todos los ambientes que visitó, fue considerado por el autor, también sueco, Strindberg, de esta manera: «Linneo era en realidad un poeta que se convirtió en naturalista.»
En la actualidad, no es necesario que colectes todos los especímenes que encuentres para ser un naturalista notable: existen bases de datos accesibles de forma pública, de forma presencial o a través de internet, para prácticamente todas las especies vivas conocidas. Pero en ambientes muy apartados, o donde las condiciones son muy extremas (como en la cercanía de volcanes, glaciares o en las profundidades oceánicas) todavía se están encontrando nuevas especies.
El primer rasgo que necesitas para disfrutar del mundo como un naturalista es tener una gran curiosidad y poder de observación. De momento, tienes todos nuestros jardines a tu disposición.
¡Cuéntanos qué descubres!
Puedes compartir en Instagram fotos de tus exploraciones y de lo que has dibujado en tu cuaderno, mencionándonos: @haciendalatrinidad.