Carlos Germán Rojas presenta hoy su libro de fotografías “Trato y retrato”
Jesús Soto conversa sentado sobre un escalón de la antigua Galería de Arte Nacional (GAN). Alejandro Otero, con un sombrero tejido sobre su cabeza, mira hacia un lado durante la instalación de su Abra solar en Plaza Venezuela. Miguel Von Dangel sonríe a medias y fuma un cigarrillo. Carlos Zerpa sostiene con solemnidad tres calaveras (dos con sus manos y, la otra, sobre su cabeza). Alirio Palacios dirige la mirada hacia el espectador, con ojos similares a los del caballo de uno de sus cuadros. Las imágenes de todos, como sacadas de algún tiempo perdido, conviven con las de otros 115 artistas plásticos y visuales venezolanos en las páginas de Trato y retrato, un libro que difunde el aporte del fotógrafo venezolano Carlos Germán Rojas, con textos de Douglas Monroy y Antonio López Ortega. Este material, editado por Monroy Editor, será bautizado hoy a partir de las 11:30 de la mañana en la Casa Vieja de la Hacienda La Trinidad, en el marco de la clausura de la exposición homónima de este artista que celebra sus cuatro décadas de creación.
El libro, del que fueron impresos mil ejemplares, recoge buena parte del registro fotográfico realizado por Rojas a artistas venezolanos desde 1979 hasta 2015. Así, funciona como un archivo visual de los rostros, cercanos y atemporales, de varios de los principales creadores que componen la historia reciente de la plástica nacional.
Nace un proyecto
De acuerdo con el fotógrafo, el inicio de este dilatado registro se dio cuando fue contratado, en 1978, por la GAN para realizar retratos de artistas y fotografías de sus obras y sumarlas en los archivos de la institución. Para el momento, Rojas ya había emprendido una serie fotográfica en su comunidad, La Ceibita, por lo que la búsqueda de la imagen en lo cotidiano se había convertido ya en su lenguaje visual predilecto.
En los pasillos de la GAN y, luego, con sus labores para centros como la Sala Mendoza o la Fundación Cisneros, empezó a tener Rojas vínculos laborales y de amistad con artistas nobeles para la época, pero también con los consagrados. A todos procuró abordarlos en sus espacios más íntimos, como sus casas y sus talleres, y así también, a todos les retrató en sus expresiones más humanas, esas que hasta los genios muestran con sus cercanos.
“A este proyecto lo llamé Trato y retrato porque siempre busqué tener un trato amistoso con los fotografiados”, declara. A su juicio, “no se puede fotografiar lo que no se conoce bien, al menos esa siempre ha sido mi manera de pensar, por lo que me gusta siempre hablar antes con todos, saber de verdad quiénes son, qué buscan, cómo se sienten cómodos. Así, todo sale mejor se muestran más sinceros ante la cámara”.
El resultado fue un registro de negativos y archivos que sigue creciendo, y en el que ya conviven las imágenes de, al menos, 456 artistas plásticos y fotógrafos venezolanos, de las que 383 fueron logradas con cámaras analógicas y 73 en digital. Todas han sido reveladas e impresas en blanco y negro, y de ellas solo 25% pudo ser incluido en Trato y retrato.
La memoria como guía
Para materializar este libro, el fotógrafo emprendió un trabajo minucioso de búsqueda y digitalización entre sus archivos personales y los resguardados por la GAN, acompañado por Monroy. “La selección no fue una tarea fácil para mí. Había que evaluar cuáles eran los más destacados y, luego, también, las mejores fotos. Espero algún día poder incluirlos a todos, para armar un gran diccionario visual de la plástica en Venezuela”.
El libro que hoy presenta, al que Rojas describe como un sueño cumplido, es la vez su forma de hacer frente a una situación que, dice, se ha vuelto crónica en diferentes disciplinas: “Hay una memoria que se ha ido perdiendo, que nos quieren borrar. La de los grandes artistas escritores o políticos, frente a la que quieren imponernos como memoria nueva. Este registro es un sueño, un sueño contra la desmemoria, y busca refrescarles a los ciudadanos los rostros de unos artistas plásticos que existieron y que, en muchos casos, aún existen, y que componen lo que somos y nuestra manera de relacionarnos con el arte en el país”.
@mariagfernandez