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Destruir para construir, un ciclo sin fin aparente

junio 29, 2018 Por Catherine Medina Marys | El Universal

La ingeniería y la arquitectura son carreras que funcionan como bisagras entre la practicidad exigida por el humano 2.0 y la contemplación que exigen las artes plásticas que tanto le atañen al espíritu.

Es el caso de Eduardo Gil (Caracas, 1973), quien después de cursar estudios de Ingeniería Civil en la Universidad Metropolitana volcó su interés y talento en su habilidad artística, llegando así a participar en importantes muestras como la Feria ArteBA y la 30ª Bienal de São Paulo, donde presentó Urine Readings y Lecturas de saliva, sudor y lágrimas, una instalación centrada en el drama de los niños huérfanos de Caracas y Brasil a partir de las huellas de sus fluidos corporales en colchones y almohadas.

Es el caso de Eduardo Gil (Caracas, 1973), quien después de cursar estudios de Ingeniería Civil en la Universidad Metropolitana volcó su interés y talento en su habilidad artística, llegando así a participar en importantes muestras como la Feria ArteBA y la 30ª Bienal de São Paulo, donde presentó Urine Readings y Lecturas de saliva, sudor y lágrimas, una instalación centrada en el drama de los niños huérfanos de Caracas y Brasil a partir de las huellas de sus fluidos corporales en colchones y almohadas.

En esta oportunidad el artista presenta Pensando en círculo, exposición que inaugura el domingo 1° de julio en la galería Carmen Araujo Arte, ubicada en Hacienda La Trinidad. La apertura se llevará a cabo a las 11:30 am, y permanecerá abierta en horario de martes a sábado, desde las 10:00 am hasta las 5:00 p.m., domingos, de 11:00 a.m. a 4:00 p.m., y feriados, desde las 11:00 a.m. hasta las 4:00 p.m.

Pensando en círculo es el resultado de una larga y densa investigación en la que el artista recrea la paradoja de la gallina y el huevo. Basándose en los tiempos contemporáneos y en la incidencia de los mecanismos del poder y las ideologías en los individuos, Gil presenta un conjunto de piezas en las que presenta el tejido de la vida quebrado, desmembrado, fragmentado. Un cuestionamiento al Estado de derecho en Venezuela, una reflexión sobre la condición cívica del país y una representación poderosa de la impotencia del lenguaje al ser utilizado como método de manipulación.

Sandra Pinardi, curadora de la muestra, explica que las obras de Gil “se plantean como lugares de enunciación en los que lo visual se hace pensamiento crítico, y en el que lo estético y lo ético se contaminan mutuamente para convertirse en textos o ensayos visuales capaces de idear e imaginar mundos posibles”. Estas piezas dejan de representar una realidad para ser testimonios de ella y se presentan cercenadas, mutiladas, como ruinas modernas o restos de algo que fue en un momento determinado. Para Pinardi son “un espacio de crítica que desea abrirse a la posibilidad de encontrar distintas maneras desde las que, a lo mejor, se puede obrar decisivamente en el mundo”.